lunes, diciembre 02, 2013

Templanza

Cuando abriste los ojos todo el hielo que quedaba se derritió. De repente, como si lo calentara un sol tan grande y cercano que no permitiera el frío. Fue una de esas cosas que uno guarda como un tesoro, de por vida. Desde entonces han pasado muchos inviernos y yo siempre he echado de menos ese calor, esa sensación de estar detrás de un ventanal calentado por el sol, mientras fuera el mundo es pura escarcha. El hielo regresó y no he conseguido volver a encontrar nada que me temple de esa manera, espontanea, sincera. Todo ha vuelto a ser frío. Y los días, cada vez más largos.



Escuchando: Flatlands - Mark Lanegan

No hay comentarios:

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.