miércoles, enero 30, 2008

Aviones de papel

“No funcionó”. Ella me lo había dejado pegado en la puerta del frigorífico, escrito en uno de esos papelitos amarillos y cuadrados. Lo despegué de allí, cogí una cerveza y me senté en el sofá. Empecé por mero aburrimiento. Arranqué una hoja del cuaderno azul, escribí “no funcionó” y fabriqué un avión. Al cabo de una hora tenía todo un escuadrón de aviones fracasados. Así que abrí la ventana y comencé a lanzarlos. Poco a poco el cielo se cubrió de pequeños objetos blancos que planeaban en todas direcciones. La mayoría perdió altura rápidamente tras un vuelo torpe, salvo uno que planeó y planeó, directo y con rumbo fijo, hasta que lo perdí de vista.

Escuchando: New born - Muse

lunes, enero 28, 2008

En línea

Estás al otro lado de la línea. Lo sé. Oigo tu respiración. Entrecortada, como siempre. Sé lo que estás pensando y también lo que quieres decir y no te atreves. Aprieto el auricular contra mi oído, intentando percibir algún sonido que me dé alguna pista. Pero no se oye nada. Sólo tu respiración, cada vez lindando más con el llanto. Los dos permanecemos en silencio, como manda nuestro ritual. Durante minutos. Largos como siglos. Al final, lo de siempre. Las lágrimas inundan la línea telefónica y, después, los tonos que marcan el final de la llamada. Yo me quedo sentado, aún con el auricular en la mano, durante unos minutos. Después cuelgo y calculo cuándo volverás a llamar, en qué momento escenificarás de nuevo esta pantomima. Cuándo darás un paso más en tu decisión de convertir la incomunicación en tu forma de vida.

Escuchando: Smokers outside the hospital doors - Editors

lunes, enero 21, 2008

Involución

"Cuando te conocí, yo escuchaba a Radiohead. Ahora, una vez separados, y tras compartir mi vida contigo durante cinco años, escucho a La Oreja de Van Gogh".
-Anónimo-


Escuchando: An honest mistake - The Bravery

lunes, enero 14, 2008

Nostalgia puntual

Esta noche, al acabar, me he dado cuenta de que ya no toco las viejas canciones. Y, mientras terminaba la botella de whisky en el camerino, me he preguntado por qué. No ha sido precisamente la lucidez del alcohol la que me ha dado la respuesta, sino una terrible punzada del recuerdo que te ha presentado delante de mí como una aparición. Me ha parecido mentira el tiempo que ha pasado desde entonces, de aquellos días en que yo me subía a pequeños escenarios para dedicarte las canciones que había escrito en tu regazo, metidos en esa cama que crujía como los escalones de aquella buhardilla. Simplemente esos acordes y esas palabras, que habían sido pura vida, se habían ido evaporando como tú. He sentido entonces una nostalgia terrible que me ha hecho agachar la cabeza para ocultar las lágrimas al resto. He querido abrazarte, como entonces, y me he dicho que mañana, en otra ciudad, bajo otro cielo, voy a rescatar algunas de aquellas canciones, algunas de aquellas letras que tanto supusieron y que quiero rescatar del olvido más absoluto. Y sé que tu no vas a leer esto, igual que sé que tú piensas que no te dedico ni un segundo de mi tiempo. No te culpo. Fui un cabrón y ahora no hay día que no me arrepienta de todo aquello. Así que te lo debo. Voy a tocar esas canciones. Lo haré mañana, o quizás la semana que viene, si los chicos las recuerdan. Sino un poco más adelante. Te lo debo, y lo haré. Debo tener por ahí las partituras. En algún sitio, en algún cajón. O en el estudio, no sé. Pero seguro que están en algún lugar. Tienen que estar. Estoy convencido. Ahora voy a seguir con el alcohol. Espero acordarme mañana…

Escuchando: Los olvidados - Sidonie
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