martes, junio 29, 2010

Seres

Todos hemos querido ser lo que no somos, y viceversa. Ya no me acuerdo de los veranos, ni del reflejo del sol en aquella chapa tuya que siempre llevabas en las camisetas. Ahora soy muchas cosas que no quise ser. Y ha habido renuncias duras y otras peores. Porque renunciar termina por ser una costumbre. Es una gran verdad que la primera renuncia duele, pero luego todo acaba entrando y se termina por mirar con recelo –envidia disfrazada- a aquél que decidió plantarse. En un tiempo soñamos con ser auténticos y decadentes, ahora sólo tenemos lo segundo, que sin lo primero deja de tener gracia. Triste es pensar que todo aquello no vuelve. Hastío y retrovisor es lo único que queda. Ya, por no verse, no se ven ni chapas tan bonitas como la que tú llevabas.



Escuchando: Bling - The Killers

viernes, junio 25, 2010

El yo

Porque contar historias en tercera persona es mucho más cómodo, y también mucho más cobarde. Porque esconderse detrás de una máscara y un nombre es el perfecto refugio. A veces pienso que se trata de vivir distintas vidas, pero, en realidad, va de poder decir aquello que no puedes decir cuando hablas en tu nombre. Así que no son historias de otros, no es un punto de vista despegado de francotirador. No, soy yo en cada letra, soy yo en cada imagen y en cada adjetivo que sobra. Escribir es soltar lastre, y ese peso siempre es tuyo, aunque lleve otro nombre y vista otra ropa. El yo es el yo aunque lo disfraces de él.



Escuchando: La Costilla - Niños Mutantes

jueves, junio 17, 2010

Presión


Hacía calor ya. Los surfistas habían empezado a llegar y todo comenzaba a llenarse de niños jugando por la calles. Aquel verano fue el primero en el que no ibas a venir. Cuando lo supe estuve toda la tarde encerrado en mi habitación oyendo una y otra vez la misma canción. Fue mucho para mí. La presión puede llegar a ser una cuerda atada a tu cuello a la espera de que alguien la tense. Pasó mucha gente por allí y yo no le dirigí la palabra a nadie. La boca cerrada, la cabeza gacha. Tienes los ojos tristes, me dijo alguien que no consigo recordar. Un estupendo resumen, pienso ahora. Fue por aquel entonces cuando murió aquel chico. Se lo tragó una ola y todo se llenó de periodistas, con sus cámaras y sus micrófonos. Tú no estuviste para verlo y, en cierto modo, yo tampoco. Ya fue otro el que comenzó a recoger las hojas secas del jardín.


(Texto y foto por Trapi)

Escuchando: Fly as you might - Julian Plenti

lunes, junio 07, 2010

Aeropuerto


Y si se diera la vuelta, saliera del aeropuerto y volviera a su apartamento. Quizás huir, porque es de lo que se trata en realidad, no sea la solución. Enfrente, el ventanal uniforme que lo rodea todo. Pájaros de metal como mensajeros de un nuevo futuro que nadie ha dicho que vaya a ser mejor, pero sí diferente. En el móvil sigue sin haber ningún aviso. Una excusa menos. En la pantalla de salidas, dos letras y cuatro número en los que está cifrado el futuro. Indescifrable. Incierto. Todo el mundo parece seguro a su alrededor. Andan decididos, con prisa, inmersos en su burbuja. En el móvil sigue sin haber nada. Y continúa sin saber qué hacer. Se repite que no es huir, que querer algo mejor es algo más que una huida hacia delante. Pero, en el fondo, desea que cuatro escuetas líneas en formato sms le digan lo contrario. Que es una cobarde, que las cosas no se arreglan así, que ya es hora de madurar. Pero no llega, y el último aviso es definitivo. Es ahora o nunca.


(Texto y foto por Trapi)

Escuchando: We are all animals - The Rakes
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