lunes, febrero 22, 2010

Realidad

Que quede claro que dentro de muy poco tiempo, si es que no ha ocurrido ya, el circo mediático se irá a otra parte con su insoportable carga sensacionalista. Se irá y quedarán los trescientos mil cadáveres bien colocados a ambos lados de la calle. El foco se dirigirá a otro lugar menos incómodo, no vaya a ser que las lentejas sigan atragantándose durante mucho más tiempo a las tres de la tarde frente a la televisión. Porque, de ser así, habrá que empezar a poner otro canal en el que nos sirvan bien envuelta la realidad en paquetitos de regalo perfectamente manufacturados. Y eso sí que no. El negocio es el negocio, y si hay que reestructurar la realidad, se reestructura. Con las cámaras a otro lugar, a ser posible a una nueva catástrofe. El dolor es un valor seguro, siempre y cuando se sepa cuándo hay que parar. Porque saturar no es bueno, no vaya a ser que empiecen a ser incómodas esas imágenes tan desagradables de niños vagando por las aceras o gente matándose por un bocadillo. La realidad está muy bien pero a la hora de comer mejor me pones la Pasarela Cibeles.


Escuchando: Sweet disposition - The Temper Trap

lunes, febrero 15, 2010

Planes

¿Cuál era el plan maestro? Decía algo de perderse en la oscuridad, de doblar las esquinas hasta volverlas planas, ¿no es así? ¿Cuándo un plan ha funcionado? Yo no lo recuerdo. Hablaba de lluvia encharcando las calles, de edificios lavados hasta los cimientos, de calles desiertas esperando el milagro. Se escribió –creo- en una mecedora, mirando el agua caer al otro lado del cristal, frente a una chimenea. También incluía polaroids y cenas lentas, tardes de celuloide y solos de trompeta. ¿Pero cómo se organiza un plan? Estaba trazado a base de promesas, de citas trenzadas, de charlas organizadas geométricamente.

Pero falló, claro. Terminó como todos los demás. Como todos. Víctima de sí mismo, arruinado por su exceso de valentía. Tan ineficaz que a veces creo que realmente no existía.

En realidad, ¿cuándo ha existido un plan?


Escuchando: Serious - Richard Hawley

viernes, febrero 12, 2010

Autocompasión

Entristecerse no sirve de nada. Es sólo autocompasión. Lo dijo con tal desprecio que, por primera vez, supe que la distancia era insalvable. Mi primer pensamiento fue que había sido tan gratuito como lanzar una moneda al agua y esperar que algo cambie. Así que no dije nada y me quedé mirando cómo recorría las baldosas amarillas hacia la salida. Cuando la puerta se cerró, me vino a la mente la respuesta adecuada: de quien no me voy a compadecer es de ti.


Escuchando: Lisztomania - Phoenix
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