lunes, enero 12, 2009

Adicción

Acurrucada contra un muro, la cabeza entre las piernas. Llora, siempre llora, porque la pena le atenaza una vez desaparecido el orgasmo inicial. Sombras que se deslizan desde una cuchara calentada a duras penas por un mugriento mechero. Pequeñas burbujas metálicas que se derraman en su interior descontándole vidas, sonrisas, abrazos. Siempre el arrepentimiento, la conciencia de la caída, el saberse incapaz de no volver a precipitarse al vacío. Y la certidumbre de que en unas horas volverá a enloquecer, regresará la obsesión por saciar ese ansia compulsiva. Pero en esos pocos minutos de lucidez, sentada en cualquier acera, de cualquier barrio, aterida de frío, en los huesos, recuerda cuando nada era así. Los momentos en que aún no le había jodido la vida a nadie, cuando su madre todavía no se había consumido en lágrimas y búsquedas desesperadas por toda la ciudad. Cuando aún le daban miedo las jeringuillas.


Escuchando: Más de una vez - Iván Ferreiro

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué grande, duro en realidad, y poderoso el golpe amargo de soledad que irradia al final...

"-Exquisito bouquet, Robert."
-Extracto del film Mal gusto.

Un fuerte abrazo desde el Otro Lado

Luna Miguel dijo...

me gusta







y me gusta la cancion




un beso

Calypso dijo...

Me ha encantado la melancolía que empapa cada palabra que escribes... me pasaré más veces =)


P.D: Me encanta Iván Ferreiro =)!

Anónimo dijo...

La adicción es lo que nos queda hoy en día. Qué remedio.

Claudia

Thsbonilla dijo...

que cruda realidad...

Un beso!

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