jueves, junio 28, 2007

Impunidad

Los primeros rayos de sol comenzaban a asomarse por encima de los aleros. Se apoyó en una farola y se preparó para disfrutar del espectáculo que él mismo había creado. En ese momento pensaba, sin ningún atisbo de duda, que la impunidad era un regalo inigualable. Se sentía como Dios. Al igual que él, era capaz de mover a todos los títeres a su antojo. Cobijado en el gentío sintió algo parecido al orgasmo. Aquello no tenía parangón.
Había huido, sin prisa, simplemente caminó hasta el parque de la esquina y se sentó a esperar las primeras sirenas. Una vez éstas atronaron el cielo atravesado por la luz como un colador, la gente, llevada por esa curiosidad innata, se dirigió hacia la zona. Ése era el momento para regresar al lugar. Era consciente de que uno de los principales puntos del decálogo policial es que el culpable siempre vuelve a la escena del crimen, pero eso a él no le importaba, de hecho ahí estribaba gran parte de la gracia del asunto.
Desde su posición privilegiada, rodeado de personas escandalizadas y horrorizadas, pudo ver a su gran rival llegar al lugar en uno de esos coches grises con una pequeña sirena pegada al techo. Disfrutó observándole examinar el escenario, buscando ángulos de todo tipo alrededor del vehículo abandonado en mitad de la vía. Pero, sin duda, el gran momento llegó cuando se volvió hacía el gentío e intentó escrutarlo con la intención de encontrarle, de descifrar en los ojos de alguien alguna huella de culpabilidad. Bien sabía él que aquello era inútil, un acto reflejo, y que los títeres continuarían bailando al son de la música de ese desconocido. Aún quedaban muchos escenarios por contemplar con una sonrisa de satisfacción.


Escuchando: A song for the lovers - Richard Ashcroft

11 comentarios:

Nathalie dijo...

Qué luminoso tu blog y qué bien seguirte leyendo...

un besito

Princess Valium dijo...

Qué peligrosas las ansias de sentirse superior, dominar al resto, jugar con sus vidas...Su rival seguro que se le parece más de lo que imagina.
Un beso

Alnitak dijo...

Me ha encantado cómo está escrito este texto, pero lo más importante es que nos dejas con ganas de saber qué ocurre después...

Saludos

yo, la reina roja dijo...

Ganas tengo de limpiar el escritorio y ponerme las chanclas e irme a la playa.
Un saludo.

Las Tartitas de Llanetes dijo...

A Richard Aschroft y a Jakob Dylan debería haberlos incluido en mi último post...

Absurdo Rutinario dijo...

Me intriga.
Me gusta.
Me molesta. Porque no sé si seguirás adelante con la historia que es ya en breve es muy interesante.

El inicia de un buen serial killer
siempre es sentirse dios por saber manejar el tablero.

yo, la reina roja dijo...

La impunidad me da rabia, y me seduce, por igual.

Arcángel Mirón dijo...

Hola Trapi. Quería saber cómo estabas. La última vez que hablamos (hace bastante, ya) no estabas pasando por un buen momento, y bueno, eso.

Un abrazo.

El detective amaestrado dijo...

Sueños de francotirador...

Anónimo dijo...

Hola, hola!

Qué tal va todo? Espero que estés disfrutando un agradable verano.

Un abrazo.
Kissxxx!

giraluna dijo...

te escribo en la cara A de la impunidad después de haber leído la cara B.
Interesante este cassete.
te seguiré visitando...

1vidaloque1sol.

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