jueves, febrero 03, 2011

Espejo

Y ni yo te pedí idolatrarte ni tú me dejaste hacerlo. Ocurre cuando dos materias no mezclan, se separan poco a poco hasta que se convierten en dos mundos sin conexión, sin alma. Me plantaba frente al espejo, desnudo, e intentaba mirar como tú, con esa profundidad mareante. Pero sólo veía mediocridad e inseguridad. Muchas veces captaba la esencia y lograba armar una explicación, pero apenas duraba dos segundos en mis manos antes de estamparse contra la pared. Y volver a empezar. No es que no siguiera tus pasos, es que tú ibas subida en ese tren que atraviesa las heladas estepas y yo en un seiscientos color verde melón. Terminé por venderlo como chatarra para comprar un billete, pero entonces oí que te habían visto en El Prat. Y otra vez frente al espejo. Supuse que era cuestión de velocidad, de ritmos. Ya no lo tengo tan claro, aunque sigo yendo con el espejo a todos lados. Un metro de alto, cristal trabajado con florituras en las esquinas. No hay ni un momento que no vaya bien peinado. Pese a la velocidad.




Escuchando: Helter Skelter - The Beatles

1 comentario:

ele* dijo...

me ha parecido super original tu relato. vaya pena cuando dos no van a la misma velocidad!..
(escribre pronto)

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.