lunes, agosto 24, 2009

Sumisos

Por fin el cielo es azul aquí después de días de espesas columnas de humo y polvo en suspensión. No durará mucho, todos lo sabemos, pero de momento se puede pasear con tranquilidad contemplando las oscuras bóvedas. Ayer, mientras permanecía encerrado en mi apartamento, desenterré del baúl de los recuerdos algunos cds olvidados. El antiguo sonido me condujo a sendas que hacía mucho que no recorría. Fue agradable. Hoy intentaré volver a correr el riesgo, la música es una forma peligrosa de romper las reglas. Hace un rato me he cruzado con uno de los vecinos que teníamos cuando vivía en casa de mis padres. Su aspecto era el de siempre, salvo su cara, cubierta por un manto de tristeza claramente perceptible. Me ha reconocido y en su mirada he visto sus deseos de pararse, de hablar conmigo, de recordar aquellos maravillosos atardeceres en la puerta de nuestro bloque, todos juntos. Pero ha podido más el miedo, el suyo y el mío. Ha agachado la cabeza y ha continuado su camino sin levantar la vista, sumiso, obediente. Yo también. Esta noche volverá a reinar el humo en la ciudad.


Escuchando: Battle for the sun - Placebo

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