Cogió todos sus recuerdos, los de las fotos y los de su interior, todos, y los arrojó junto a la pila de hojas secas. El humo, que en un principio pareció burlarse, terminó ascendiendo. Tanto que, mientras hundía las manos en los bolsillos de su chaqueta de lana negra, pensó que aquello se vería tan lejos como estuviera dispuesto a desear. Y lo deseó con todas sus fuerzas mientras disfrutaba del olor a vida quemada.
Esta foto y este texto son mi aportación al nuevo y fantástico proyecto de Eme. Lo podéis ver en esta página www.pulsepause.blogspot.com
3 comentarios:
Rabia, ahogo, ¿lágrimas?...
Libertad.
Imposible ver a nadie entre tanto mini de cerveza, humo de porrete y melenudos nostálgicos! Si no, le hubiera invitado a un cachi, que me encontré 20 euros arrugados en el suelo y yo no soy una "desagradecida".
Beso.
clau
Veo que aunque pase el tiempo algunas cosas nunca cambian.
Relatos de color gris, con olor a humo y con buenas palabras entre manos.
Me alegro de volver por aquí, hacía mucho tiempo que no pasaba...
Que estés bien Trapi y si puede ser, que nos escribas algo de colores algún día ;)
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