lunes, septiembre 08, 2008

Certezas

Cuando suena el cierre debajo de mi ventana significa que el día ha comenzado. No lo marca la salida del sol, ni la marcha de la oscuridad, sino ese hombre con bigote abriendo su cafetería. Pienso en lo extraño del hecho de identificarse hasta esos extremos con un sonido que se convierte en habitual, en un elemento más de tu panorama. Y la clave es la repetición, la costumbre. Y, a fuerza de ella, uno acaba teniendo certezas que entierran hipótesis. Me gusta pensar que estas certezas sólo tienen una lectura positiva, que lejos de ser un problema pueden ser una solución. Los domingos este barrio es muy familiar. Padres e hijos aprovechan para pasear al amparo de estos últimos rayos de un septiembre que ya coquetea con el viento. Con el periódico bajo el brazo apuran los últimos minutos antes de pensar en papeles, atascos y la vuelta a la realidad que significa cualquier lunes. Yo, mientras corro de nuevo la cortina, sé que tengo otra certeza más.


Escuchando: Normandie - Shout Out Louds

5 comentarios:

Carlos LABARTA dijo...

Mi sonido de certeza es el de la lluvia...

Anónimo dijo...

Supongo que para mí existe la certeza de que el olor del otoño es el de las castañas asadas.

Un fuerte abrazo desde el Otro Lado.

R. dijo...

No creo que haya la certeza absoluta ni siquiera de que mañana saldrá el sol otra vez.De que mañana seguirá viva.

Luna Miguel dijo...

me gusta.





un beso.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. Un día no escuché levantarse por la mañana a mi compañero de casa y miré el reloj para cerciorarme de que estaba yo en la hora correcta. Acabo de aterrizar en tu blog y me gustan mucho tus relatos. Saludos

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