martes, mayo 10, 2011

Volver atrás

La conocí cuando el desgaste aún no había hecho mella. Cuando aún sonreía sin razón y ponía esa mueca de ingenuidad ante cada problema, como queriendo decir. Aquella chica se quedó allí, en aquella gran ciudad, en sus plazas y en sus bares, mirando fijamente, siempre a los ojos, generosa y divertida. Se perdió en la inmensidad de sus calles. Y ya no queda ni la sombra. Tratas de evitarlo, te esfuerzas. Se te nota. Pero aquello que solías dar ya no está. Quizás te lo robaron; quizás se te agotó después de tanto regalarlo. Y hubo personas que no lo merecieron, que se aprovecharon.

“Si pudiera volver atrás, haría exactamente lo mismo”, me confiesa, sentados en el bar de la plaza.
“Quizás te fiaste demasiado. Le diste mucha confianza a quien no la merecía. Y te defraudaron. Yo creo que aquello te fue minando poco a poco. La decepción”, le contesto yo.
“Es cierto que el dolor te hace protegerte y que esa protección te va distanciando cada vez más. Pero, en el fondo, no se trata de eso. Es cuestión de principios y de cansancio. Me cansé, pero en realidad nunca he cambiado”.
“Yo siempre he recordado con cariño aquellos años en la ciudad. Tú tirabas de nosotros todos los días. En cierto modo eras el nexo que nos conseguía mantener unidos. Hasta que se rompió”.

Ella sonríe con tristeza, como si esas palabras dejaran libre un recuerdo que quería volver a tener pero que, una vez fuera, no tiene marcha atrás.

“Se rompió…”
“¿Qué cambió aquel último verano? ¿Por qué todo dejó de ser como había sido hasta entonces? Yo nunca he podido olvidar aquella sensación de pérdida".

Tus ojos entonces se clavan en los míos. Profundos como dos pozos. Y, por un momento, vuelvo muchos años atrás, a aquellas calles, al apartamento del tercer piso siempre lleno de gente. A aquel verano. Y deseo con todas mis fuerzas estar allí de nuevo. Sentir otra vez todo aquello.

Tu mirada se va ahora hacia la izquierda y se posa en un niño sentado en el suelo que juega con sus muñecos, ajeno a todo el movimiento que hay a su alrededor. El pelo negro, una camiseta de rayas.

“¿Sabes? Lo pasado, pasado está”.




Escuchando: Fly for a while - Sexy Sadie

1 comentario:

Clementine dijo...

Hoy me has emocionado más que nunca. Creo que me sentí identificada con ella, con él, con ese momento en el que lo das todo por perdido y aunque quieras volver atrás, eso nunca será posible.
Con una mirada que te lanza al pasado y te hace tener nostalgia de lo que nunca volverá.

Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.