jueves, octubre 14, 2010

Luces

Ya no somos las mimas personas. Ya no hay espejos rotos en el baño de las chicas ni vinilos de Nirvana girando una y otra vez. Veíamos la ciudad desde la colina con todas las lucecitas brillando y brillando. Yo no cogí su mano cuando me la ofreció, la tenía ocupada con una de esas latas de cerveza que trajo del extranjero aquel chico extraño. Y tú decías cada noche que nunca habría un grupo tan bueno como Sonic Youth mientras te subías al capó de los coches. Boca abajo sobre el césped húmedo llegamos a imaginar que algún día estaríamos en otro césped, bajo otras luces. Preferiblemente rojas. No, papá, es que me ha sentado mal la pizza. La última noche cogimos el coche de tu hermano y fuimos otra vez hasta la colina, sólo que esta vez no pudimos ver las luces brillantes, ni siquiera el césped. Sin duda, ya nunca seremos las mismas personas.



Escuchando: Calm like you - The last shadow puppets

1 comentario:

Clementine dijo...

Guau.
He leido un par de entradas y me encanta cómo escribes.
Encima con Anna arriba esperando la casualidad más grande de su vida, todo parece aún más bonito.
Te sigo
:)

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