martes, septiembre 22, 2009

Revelación

Lleva 25 años creyendo que un buen día se le presentará la solución de la manera más tonta, cuando menos lo espere. Así ha sido desde que la vida se le comenzó a enfrentar en cada esquina, en cada remanso. Aparecerá de repente, se decía, y será tan sencillo que me dará vergüenza no haberlo descubierto antes. El secreto de cómo vivir, la fórmula de cómo encarar cada dentellada. Siempre confió en que, como al resto, tarde o temprano se le revelaría una solución práctica.

Aquella mañana se levanta pronto, como siempre, y prepara café. Mientras espera a que el vapor avise siente el frío del mármol en sus pies, como cada día. Sube uno encima del otro, alternativamente, intentando espantarlo. Echa de menos los gruesos calcetines de lana que estarán al pie de la cama, donde los dejó anoche. Como siempre. Entonces mira al frente y los blancos azulejos de la pared le devuelven la mirada. Lo que ve es una punzada. Directa, rápida. Se le congela la sangre. No se mueve. Es sólo un instante. Permanece de pie mirando el hierro negro de la cafetera. Negro. Se sirve el oscuro líquido en una taza y se sienta en la mesa pequeña que preside la minúscula cocina con la mirada perdida. Todo vuelve a circular. Sigue sintiendo frío en los pies, pero, por primera vez, no echa de menos sus gruesos calcetines.


Escuchando: Skyscraper - Julian Plenti

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un café?

Pejooe dijo...

Que bien sienta deshacerse de alguna que otra prenda y seguir sintiéndose protegido.

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