Y será porque cuando llega a casa no estás tú. Ni nadie. O porque el día en que su garganta es un nudo, no hay nadie que lo desenrede. Tal vez sea porque cuando aparece el final de la semana sólo le espera el silencio y lo gris. El caso es que para él las horas son cubos de basura y los días vertederos idénticos, como clonados.
Así que imagina que dobla todo ese tiempo triste en pliegues muy pequeños y los esconde entre las páginas de sus libros favoritos, esperando que esas historias en las que quisiera estar limpien el basurero y cambien todos sus segundos. Mientras, seguirá viendo cómo la vida le absorbe toda su luz.
Escuchando: Carnaval y safari - Iván Ferreiro
9 comentarios:
Recuerdas "las barras de bar, vertederos de amor" de El Último de la Fila? No es igual, pero bueno. Que no pierda la esperanza, seguro que algún día llega y la ve a ella leyendo un libro.
Me seduce la idea de guardar trocitos de día, de pensamiento, en los libros. Me gusta la idea de que alguien me preste un libro y entre sus páginas me encuentre ese pequeño mundo lector.
yo he tenido épocas de vivir dentro de los libros
no iba en el metro ni estaba en mi cama ni le leía a mi hermana ni en el sillón delante de un programa pa descerebreitors...estaba dentro
en serio
Los tiempos de tristeza los podemos meter en diferentes partes, a veces las historias las construimos nosotros mismos, a pesar de lo que diga el libro, yo ahora espero que todo cambie en un segundo, no se para qué ni por qué, pero lo espero.
Saludos.
todo el tiempo tiene su sitio... incluso el de la nada.
Me encanta el encabezamiento de yu blog, pero claro es que adoro esa película.
onitas palabras amigo trapi... gracias...
Los libros pueden ser un buen refugio, para él y para tod@s.
Abrazos!!!
"para él las horas son cubos de basura y los días vertederos idénticos, como clonados".
Preciso como un bisturí.
Vertederos grises.
Un saludo.
Los vertederos sólo acumulan la basura, no la eliminan.
Un beso
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