martes, julio 29, 2014

P

A veces un parpadeo es suficiente para quebrar un instante. Esa décima de segundo, apenas perceptible, en la que tú dejas de estar frente a mí para estar en otra vida. Y no lo asumo, créeme que no lo asumo. Y dirás –dices- que vendrán más instantes, que el secreto está en caminar. Pero no te creo, porque hay momentos que se quedan pegados a tu piel, como el salitre de aquella tarde de mar en la que por primera vez tuve claro que no habría más instantes salvo tú. Y sé que también me dirás que nunca hemos estado juntos en el mar. Tienes razón, pero lo que tú no sabes es que a mí me bastó una tarde para dar mil vueltas al mundo de tu mano. Que el verdadero dolor está en no poder contarte todas las cosas que hicimos juntos. Lo que verdaderamente duele es tener que romper el mapa que lleva tu nombre.



Escuchando: Bosco - Placebo

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