martes, enero 24, 2012

Zumbido

Habías llegado muy tarde y yo fingía dormir sobre la sucia cama sin deshacer. Te habías deslizado dentro de la habitación, apenas interrumpiendo el continuo zumbido del cartel de neón. Había llorado toda la noche pensando en ti, en lo que había pasado horas antes. Y ahora ni siquiera tenía fuerzas para levantarme. Tantas cosas que decir. Te miraste en el sucio espejo de la habitación, bañada a medias por la luz verde de fluorescente, y pude vislumbrar un leve brillo en tu mejilla, fugaz pero real. No te habías quitado el abrigo, como el que va de paso, y supe que esa noche no ibas a dormir junto a mí; esa noche no. Permaneciste allí, de pie junto al espejo, el suficiente tiempo como para que sintiera un miedo inconsolable, un terror que me erizó la piel. Un tiempo que no sabría cuantificar, pero que fue un simple suspiro para mí, hundido en un cenagal de pavor y reproches, incapaz de pensar. Mientras sacabas tu maleta de aquel triste armario, tuve la absoluta certeza de que iba a ser incapaz de moverme, ni tan siquiera de hablarte. Ni un solo gesto; los ojos entreabiertos. Te acercaste de nuevo hasta la puerta, despacio, casi levitando, y yo moría por ver si te despedirías, si acaso mirarías una última vez a quien fue lo que siempre quisimos ser, pero incapaz de mover la cabeza, de ganar ángulo, retenido por la cobardía. Ni siquiera entonces cesó el zumbido.



Escuchando: Passover - Joy Division

lunes, enero 16, 2012

Idealizar

Me gustaría hablar de aquellas tardes en el desierto. De las horas y horas junto a la vieja central eléctrica. Del agobio compartido y los planes que quedaron cubiertos por la arena. De las confesiones con un nudo en la garganta. Me gustaría pero quiero se fiel a todo aquello. Hay cosas que pierden su naturaleza si las dejas salir; se corrompen en cierto modo. Cuando dejan de ser pensadas para ser dichas, se transforman en otra cosa. Y yo quiero que tú seas tú y nada más. Con los mismos escenarios y los mismos actores de reparto. Yo quiero que seas mi recuerdo y de nadie más. Porque quizás si te dejo salir se me caiga un mito.



Escuchando: Like a stranger - Bodies of water

lunes, enero 09, 2012

Dibujos que son vidas

Cuando las lágrimas ya no son más que pequeñas pecas brillantes sobre tus mejillas, te giras y clavas tus ojos en el horizonte. -¿Sabes?, de pequeña yo dibujaba escenas sobre cómo quería que fuera mi vida. Allí había un precioso ático con mucha luz, un perro a los pies de la cama, un escritorio lleno de libros, un niño rubio sobre un columpio, un hombre ideal…-. Mientras vas enumerando, yo puedo ver las instantáneas, una a una, con claridad. -Ya hace tiempo que no dibujo, se me daba bien, ¿sabes? Mi madre me decía que quizás algún día podría ganarme la vida con ello. No ha quedado nada-, dices casi en un susurro mientras bajas la mirada hacia el barro que comienza a la altura de tus pies. -Ni siquiera quise eso. Ni lo supe ni lo sé-. Te dejo hablar por cobardía, por incapacidad. –Ahora, ni siquiera sabría dibujar un solo sueño-. Cierro los ojos mientras dibujo con los labios un silencioso Yo tampoco.



Escuchando: De viaje - Los Planetas
Licencia de Creative Commons
Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.