viernes, noviembre 03, 2006

'Sudacas'

De pie, al borde del acantilado, Lucas observó la inmensidad del mar. Siempre le había atraído esa infinitud . Aquella tarde de otoño, sus pensamientos le habían llevado hasta el final del paseo. A la parte a la que nadie llegaba. Allí terminaba la zona asfaltada y un sinuoso camino de tierra conducía hasta ese acantilado. Un balcón desde el que contemplar el enorme vaso de agua salada.
Observando el horizonte, Lucas intentó encontrarle explicación a todo. Su mente no era capaz de digerir aquella situación. ¿Cómo era posible que se sintiera un extranjero en la tierra de la que provenía su sangre? Por más vueltas que le daba no podía imaginar hacia dónde había derivado un mundo en el que un hijo de español era tachado de ‘sudaca’ cuando regresaba a su tierra paterna. Con esa simple palabra le bastaba a todo el mundo para cerrarle las puertas de cualquier trabajo o para cargarle con las culpas del desempleo, la inseguridad ciudadana o las listas de espera.
Él intentaba explicarse por qué todo el país había olvidado los días en que tuvieron que ser ellos los que emigraron a la Argentina para poder sobrevivir. Ahora, esos tiempos difíciles se encontraban sepultados por esa cegadora sociedad del bienestar. En lugar de intentar devolver el favor con agradecimiento, les recibían de uñas; son jodidos inmigrantes.
No le cabía ninguna duda. Su padre, un coruñés de pro, estaría avergonzado de todo esto. Se retorcería ante la falta de memoria histórica que reinaba de manera indiscriminada. Ante el hecho de que se habían olvidado de ellos. Los que lo sacrificaron todo y contribuyeron de manera impagable al crecimiento del país desde la distancia.
Pero como los pensamientos no sirven para nada, Lucas retrocedió hacia el paseo y, con la frente muy alta, volvió a su ardua y desesperante tarea de encontrar un empleo en algún sitio donde los ‘sudacas’ no fueran vistos como sanguijuelas.


Escuchando: She's a jar - Wilco

7 comentarios:

Absurdo Rutinario dijo...

Espero que tenga suerte. Todos podemos ser Lucas en algún momento.

Princess Valium dijo...

Una triste realidad que parece tener la solución aún muy lejos. Deberíamos poner todos de nuestra parte, pero hace falta que los que mandan tomen la iniciativa. Bonito relato.
Un abrazo

Las Tartitas de Llanetes dijo...

Bienvenido a blogspot

ALOMA69 dijo...

Hoy por ti y mañana por mi.
Hubo un tiempo en que gracias a Evita en España se pudo comer.

Saludos!!!

Txe Peligro dijo...

el desarraigo no mola, al menos a algunos

Thsbonilla dijo...

Es triste y cada vez más habitual. Deberíamos saber aprender de aquello que ocurrió y no olvidar que todos fuímos inmigrantes en algún momento. Es lamentable escuchar conversaciones de esa gente que achaca los problemas de esta sociedad en declive a la llegada de extranjeros.
Señores, en la mezcla esta el gusto!
besos

Unknown dijo...

Y hasta aquí te seguimos...

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